Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada

230,00

Volumen I, Primera Edición, 1954 . Edición limitada y numerada.

 

 

Agotado

Descripción

En junio de 1817 llegó al puerto de Cádiz en un cargamento de 104 cajones un verdadero tesoro científico: semillas, resinas, minerales, maderas y dibujos de plantas recopilados durante treinta años por el botánico José Celestino Mutis en las tierras de lo que entonces se llamaba «virreinato de Nueva Granada», la actual Colombia. Este tesoro había sido incautado por el general Morillo, enviado a las colonias para sofocar las rebeliones que terminaron con el periodo colonial.

Se trataba de una colección de cerca de 20.000 plantas y más de 6.000 ilustraciones, que acompañaban los diarios manuscritos de la expedición. En ese momento pasaron a manos del Real Jardín Botánico de Madrid. El colosal trabajo había sido dirigido por José Celestino Mutis, un sabio gaditano que mantenía correspondencia con Carlos Linneo y Alexander Von Humboldt, los más grandes científicos de su tiempo. Sin embargo, hasta 137 años después no se comenzó a publicar La flora de la Real Expedición del Nuevo Reyno de Granada. Y este volumen, histórico, pertenece a esa primera edición.

La Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada es un inventario de la naturaleza del Virreinato de Nueva Granada realizado por José Celestino Mutis durante el reinado de Carlos III de España. Conocido en la Historia de Colombia como «La Expedición Botánica», sus objetivos científicos dieron como resultado la recolección y clasificación de 20 mil especies vegetales y 7 mil animales, la fundación del observatorio astronómico de Santa Fe de Bogotá, uno de los primeros de América meridional, y la formación de un destacado grupo de científicos y artistas que dieron fundamentos para la concienciación de las riquezas naturales de America. Se inició en 1783 y duró treinta y tres años. 

José Celestino Mutis viajó a Colombia para servir al virrey del Nuevo Reino de Granada como médico. En 1763 y 64 hizo sendas propuestas a la Corona para hacer una expedición científica. No encontrando soporte en las primeras ocasiones, se dedicó al sacerdocio y ocupó las cátedras de matemáticas y astronomía en distintas instituciones académicas. Sin embargo dedicaba todos sus ratos libres al estudio de la flora local, fascinado con la exuberancia de plantas que le resultan totalmente desconocidas y que se convirtieron para el en un reto científico.

Mutis tenía una mentalidad muy avanzada, y no se limitaba a la pura curiosidad científica, también pensaba que los nuevos productos de América podrían servir para mejorar la economía y la vida de las personas. Así pues, dedicó investigaciones a la cascarilla, el guayacán, la cera de palma, la cochinilla, los aceites de palo y de María o la quina. Es conocido por haber emprendido una campaña de vacunación (pese a las reticencias de las autoridades) en una epidemia de viruela, salvando la vida de cientos de personas.

Finalmente en 1783 consiguió que Carlos III, un rey interesado en la botánica, le diese el apoyo necesario para emprender la hazaña. Esta expedición fue la más costosa que nunca había promovido la Corona de España y fue decisiva para el desarrollo de la cultura y la investigación en Colombia. La escuela de dibujo Quiteña, adquirió gran prestigio y se contrataron numerosos oficiales de pluma y herbolarios. Y es que las láminas realizadas en la expedición resultaron ser de excepcional calidad. Ilustran un delicado y mestizaje entre el arte criollo o colonial y la botánica ilustrada europea. Ya no eran las descripciones exóticas o alegóricas que habían predominado en los trabajos científicos del siglo XVI o incluso del XVII. La ciencia de la nueva época exigía el dibujo exacto y preciso, un avanzado conocimiento conocimiento botánico y una singular habilidad para describir fielmente los más ínfimos e imprescindibles detalles. Pero además las ilustraciones de «La Expedición» destacan y se distinguen de otras de la misma época por tener unas composiciones sofisticadas y características  además de una mirada genuina que les da un gran valor artístico.

Entre los dibujantes destacan Salvador Rizo y Francisco Javier Matís, que fue calificado por Humboldt como el mejor ilustrador botánico del mundo. Años más tarde, el médico y botánico bogotano José Jerónimo Triana contribuyó decisivamente a la determinación de las especies.

Al contrario de lo que sucedió con las láminas, parte del extenso e importante Herbario, trasladado al fin de la Expedición al Real Jardín Botánico de Madrid, ha permanecido prácticamente inédito hasta fechas relativamente recientes. La biblioteca de la cual se sirvió Mutis para realizar la Expedición Botánica, se conserva en la Biblioteca Nacional de Colombia. Un ejemplo de esto es la obra Recueil des plantes des Indes,​ de la entomóloga Maria Sibylla Merian.

 

Información adicional

Peso 4,900 kg
Dimensiones 36,5 × 55 cm

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